sábado, 20 de octubre de 2007

Recetario I


  • No vale perder el mundo por ganar la filosofía.
  • No sirve pretender objetividad si el peso es de la sensualidad experimentada. Sensus.
  • No vale, en realidad, extraviarse de estos trazos de formas que se rompen continuamente. El mundo.

Aunque uno se vea inmediatamente arrojado al pensamiento, es necesario acabar con ese "prejuicio intelectualista" que pretende colocarse en la cima de la existencia. Lo que sucede, en cambio, es una modalidad de afectación que hace que uno se distinga. Pero esto no es lo mismo que reconocer algún tipo de primacía a la razón. Lo que supone, es que, mientras la conciencia se desenvuelve sin ataduras físicas, lo único que se ha estado haciendo es sentir, recibir afecciones. Y este proceso no implica en modo alguno la captación de la idea. En todo caso, lo que resta de esas formas es un "sentir conciente" que no pertenece enteramente a la naturaleza del pensamiento.

1 comentario:

Julian dijo...

no hay retorno a la conciencia
tras el desvario del amor
tempestuoso